Un día en la vida
Acaso no es una vanidad, el mostrarse tan
bellas por ahí como si nada, se creen superiores y siempre están con sus
mejores colores y formas.
El barroco si bien es uno de los movimientos
pictóricos más importantes por el juego de la luz y la sombra, también por las
grandes lecciones moralizadoras que intentaban dar a la sociedad, por este
motivo utilizaban al arte para darnos lección de moral, donde intentaban
mostrar que la belleza y la vida son frágil y efímera.
Tan efímera como las flores que Virginia
Rapallini fotografía, con su lente, quien puede negar su belleza, pasar sin
detenerse a oler su perfume, ver sus colores y no caer rendidos ante tanta
vanidad que ellas tienen, la misma que tenemos nosotros cuando las cortamos
para poner en nuestras casas.
De ese encuentro casual surge esta serie Un día en la vida, donde la naturaleza,
la belleza, lo efímero, se conjugan para vencer a la muerte, a esa misma muerte
a la que la naturaleza y nosotros estamos expuestos.
Así como Edward Weston retrataba con lujo de
detalle y nitidez, sus objetos, Virginia logra lo mismo en sus fotografías, nos
muestra la fuerza y la intensidad que cada una de las flores tienen, sumado al
blanco y negro, las hace lucir como las grandes protagonistas y no importa si
su encuentro fue casual y fue Un día en la vida, de ellas, hoy están aquí para
que nosotros podamos disfrutar de ese encuentro.
Stella
Maris Leone Geraci
Artista
Plástica, Fotógrafa, Escritora
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